PROGRAMA DE TRANSFORMACIONES
Gestión
Multas según nivel de ingresosEl sistema actual de multas de tránsito enfrenta un problema fundamental de equidad. Si las multas son demasiado altas,
los sectores más vulnerables no pueden pagarlas, cayendo en situaciones de morosidad o incluso optando por no matricular sus vehículos. Por otro lado, si son demasiado bajas, las personas con altos ingresos las pagan sin esfuerzo, eliminando cualquier efecto disuasivo. Este desequilibrio no solo perpetúa desigualdades, sino que también reduce la eficacia del sistema de sanciones.

Proponemos un sistema de multas calculadas en función de los días de trabajo del infractor, asegurando proporcionalidad y equidad en la sanción. Este modelo, utilizado con éxito en otros países, permite que tanto los ciudadanos de menores recursos como los de mayores ingresos sientan el mismo peso al enfrentar las consecuencias de sus actos.
Inspectores Municipales

Además, su función no debería limitarse a la inspección de tránsito; también deben vigilar y hacer cumplir todas las ordenanzas municipales, abordando cualquier acción que atente contra el orden y la convivencia urbana. Este enfoque integral no solo mejoraría la seguridad y el orden en la ciudad, sino que también fortalecería la relación entre los ciudadanos y la administración.
¿Humanos o robots como inspectores de tránsito?
En la era de la automatización, debemos equilibrar tecnología e intervención humana para garantizar un tránsito más ordenado y
seguro. Por eso, proponemos un modelo en el que los inspectores humanos sean los principales encargados de aplicar las multas de tránsito, dejando el uso de sistemas automatizados y cámaras únicamente para horas de menor tránsito o situaciones específicas.

Las multas impuestas por robots son prácticas para recaudar, pero su carácter "silencioso" no fomenta un cambio de comportamiento en los conductores. Al no haber interacción directa, los infractores simplemente pagan y continúan cometiendo las mismas faltas. En contraste, un inspector humano no solo impone una sanción, sino que también corrige y educa al infractor, generando un impacto más significativo y duradero en su conducta.